Las grasas lubricantes son hoy en día un elemento básico para el mantenimiento industrial, ya que no existe ninguna máquina por sencilla y simple que sea que no requiera lubricación. La lubricación disminuye la fricción, ahorra energía y reduce el desgaste mejorando tanto el funcionamiento como la vida útil de los equipos y maquinarias.
Las grasas lubricantes consisten en una mezcla de aceite mineral o sintético y un agente espesante, que puede ser un jabón metálico o sustancias orgánicas o inorgánicas. Cuando la grasa tiene que contener propiedades especiales, se incluyen una serie de aditivos para mejorar las características de la grasa como son: antioxidantes, anticorrosivos, aditivos de adherencia, de untuosidad, de extrema presión, hidrofugantes, antidesgaste,… Cambiando el jabón, aceite o aditivo, se pueden producir diferentes calidades de grasas para una amplia gama de aplicaciones.
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